En la reciente década, la inclusión y la educación financiera han ganado importancia en Colombia. Esto ha permitido la ampliación en el acceso a productos financieros formales, integrando a poblaciones antes excluidas. Según los Informes de Inclusión Financiera de Banca de las Oportunidades, entre 2022 y 2023, se incrementó en 5 p.p. la cantidad de adultos con productos financieros actuales o vigentes, pasando del 77% al 82%. De igual manera, productos como los depósitos de bajo monto, promovidos por plataformas digitales, han facilitado la inclusión de jóvenes y habitantes de zonas rurales.
El crecimiento de los canales de acceso ha sido esencial. La red de corresponsales bancarios creció de 92.000 en 2015 a 576.000 en 2023, acercando servicios a comunidades remotas. Paralelamente, las operaciones digitales aumentaron del 23% en 2019 al 63% en 2023, evidenciando una transformación en los hábitos financieros de los colombianos.
A pesar de los avances, persisten disparidades significativas en materia de inclusión financiera. La brecha entre las zonas rurales y urbanas es de 35,1 puntos porcentuales. Asimismo, las diferencias de género son notorias, con una diferencia de 6,7 puntos porcentuales entre mujeres y hombres. Finalmente, en términos de edad, se observa una brecha de 1,18 puntos porcentuales entre los jóvenes de 18 a 25 años y las personas mayores de 65 años. De igual manera, el acceso al crédito sigue presentando desafíos. En 2023, el 35,3% de los adultos tenía algún producto crediticio, una disminución respecto al 36,2% en 2022. Además, para junio de 2024, el 25,4% de los adultos en Colombia no habían tenido nunca un crédito formal.
En términos de educación financiera, el panorama no es alentador. Entre 2013 y 2019, el conocimiento financiero se redujo en un 25% y el puntaje en esta materia bajó en un 8,3%. En comparación con otros países de la región, para 2019, Colombia se ubicó penúltima en esta materia, siendo superada únicamente por Paraguay.
Paola Arias, directora de Banca de las Oportunidades, aseguró que “En Colombia, en los últimos años, hemos avanzado de manera muy importante en términos de acceso a productos financieros, sobre todo en productos transaccionales. Sin embargo, tenemos todavía muchas oportunidades de trabajo, como mejorar el uso, el acceso a productos de financiamiento, de aseguramiento, de ahorro y de inversión. Lo más importante es acompañar a las personas a tomar decisiones responsables frente a sus finanzas”.
Atendiendo a este panorama, y con el objetivo de consolidar y expandir esfuerzos para potencializar la inclusión y educación financiera en el país, la Mesa de Trabajo Intersectorial de Inclusión Financiera, integrada por entidades del sector público, privado, académico y del tercer sector en Colombia, desarrolló la “Guía práctica de Inclusión y Educación Financiera”, una herramienta esencial para organizaciones y personas comprometidas con el desarrollo e implementación de actividades en esta materia.
Con esta guía, la Mesa de Trabajo brinda estrategias, recursos y mejores prácticas basadas en experiencias exitosas, facilitando la creación de programas y políticas públicas efectivas, que promuevan la equidad y el bienestar económico del país. Al seguir estas recomendaciones, se podrán diseñar iniciativas a nivel nacional, regional y local, que respondan a las necesidades de distintas comunidades y segmentos de la población, garantizando así un acceso más amplio y justo a los servicios y productos financieros.
“Esta guía es fruto de un esfuerzo colaborativo entre las organizaciones que hacemos parte de la Mesa. Esperamos que brinde insumos valiosos para fomentar la inclusión financiera en pro del desarrollo del país. También, con este ejercicio, buscamos impulsar la educación financiera, con el fin de que las personas obtengan las herramientas necesarias para tomar decisiones informadas sobre su dinero y el uso de productos y servicios financieros, acompañándolos primero en su ingreso al sistema a través del crédito, para luego llevarlos hacia el ahorro e incluso hacia las inversiones”, destacó Daniela Konietzko, presidente de la Fundación WWB Colombia.
La Guía se sostiene en valores clave como equidad, colaboración intersectorial, enfoque diferencial y territorial, autonomía económica, aprendizaje continuo e innovación, sostenibilidad e incidencia en política pública. Durante el evento de lanzamiento, se contó con un panel sobre los desafíos que enfrenta la educación e inclusión financiera en el país liderado por Daniela Konietzko. En este espacio, Edna Cristina Bonilla, directora ejecutiva de Fundación Ábacos; Jorge Enrique Arévalo, director de Microfinanzas e Inclusión Financiera del Fondo Nacional de Garantías; Iván Felipe Rico, director de la Maestría en Finanzas de la Universidad del Rosario; y Sneyder Rivera, subdirector técnico de Desarrollo Productivo del Departamento Nacional de Planeación; coincidieron en que:
- Debe existir articulación institucional y territorial que garantice la adecuada implementación de las iniciativas, cerrando brechas de desigualdad digitales, etarias y de género.
- La educación financiera debe abordar temas que van desde el ahorro y la inversión hasta la prevención y atención del sobreendeudamiento.
- Es fundamental fortalecer la cultura de evaluación y seguimiento, con rigurosidad y articulación, ya que solo así se puede asegurar el cumplimiento y el impacto positivo de las iniciativas.
Jorge Enrique Arévalo, director de Microfinanzas e Inclusión Financiera del Fondo Nacional de Garantías, señaló que “hemos evidenciado la necesidad de la vinculación y el trabajo mancomunado entre distintos sectores, para contribuir a que cada vez más personas, de distintos territorios puedan no solo capacitarse, sino también generar ingresos. Es clave entender las dinámicas de cada entorno, para poder brindar las garantías necesarias. Aunque no existen fórmulas, hemos logrado que personas ingresen al sistema financiero, reconociendo el valor de la capacitación y educación financiera”.
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