Reconocer el territorio y las comunidades que le dan vida, así como aprender a escucharlo, verlo y entenderlo, son habilidades que se fortalecen con la investigación participativa. Por ello, la apuesta del Fondo para la Investigación va de la mano con la academia, las investigadoras y los procesos formativos. Tal como lo menciona Meri Mosquera, de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAD) sede Quibdó, el Fondo genera altas expectativas con respecto a su convocatoria, identificándola como una oportunidad clave para apoyar tanto a las comunidades como a la investigación. Para Luzmila Quinto, investigadora doctoral seleccionada en la convocatoria 2023, la clave del Fondo también radica en esas “líneas de investigación que están más cercanas a las comunidades”, lo cual permite diversificar la propuesta de investigaciones.
El objetivo de los encuentros “Conectamos saberes y territorio” va más allá de presentar proyectos de convocatorias pasadas. En este espacio se fomenta la Apropiación del Conocimiento, por medio del Mapa Vivo, una actividad participativa, la cual permite tejer un diálogo colectivo, donde las interpretaciones de cada asistente convergen, facilitando la comprensión en conjunto del proyecto; para después, quien lidera la investigación enriquezca la discusión con su propia experiencia, creando un puente entre el saber comunitario y el académico.
Diferentes enfoques, un mismo territorio
Este año, Conectamos saberes y territorio ha realizado tres jornadas en la región Pacífico. La más reciente, en Quibdó, donde estuvieron presentes más de 30 personas, entre ellas seis mujeres líderes de proyectos desarrollados e implementados junto con la comunidad. Este espacio permitió conocer, el “devenir del Departamento y todas las investigaciones que han surgido en torno a ello” según Luzmila Quinto, “saber cómo le venimos apostando a las diferentes problemáticas que se dan en el territorio” según Ana Mercedes Sarria, o como dice Sandra Victoria Mera: “hemos podido evidenciar todas esas dinámicas en las cuales cada profesional que participa puede integrarse y fortalecernos a todos”.
Esto se debe a esas seis líneas de investigación (Cuidado, Salud Sexual y Reproductiva, Género, Emprendimiento, Población en Situación de Vulnerabilidad e Inclusión Financiera) que permiten desde cualquier área de conocimiento, la construcción e implementación de cada proyecto. Precisamente, el valor de este encuentro radica en que permite conocer proyectos con incidencia en el territorio; y aunque se enmarquen en una misma línea temática, sus resultados y experiencias son particulares, e incluso pueden enriquecer los hallazgos de otro proyecto, aportando así nuevas y más completas perspectivas.
Así sucedió en Quibdó, donde la Salud Sexual y Reproductiva, fue el enfoque de tres investigaciones, las cuales tienen incidencia tanto en zona rural y urbana, integrando como eje central los saberes tradicionales de la comunidad; ellas fueron: Yorleydy Ruiz, desde la prevención de sífilis gestacional, Yasnury Vanegas desde la práctica de la partería y Luzmila Quinto desde la anticoncepción y educación sexual.
Estas investigadoras de la convocatoria 2023 trajeron al espacio los aspectos más significativos. Por un lado, el proyecto de Luzmila logró conectar la medicina occidental y la tradicional para implementar un modelo de atención intercultural. Por otra parte, la investigación de Yorleydy identificó el uso de medicina tradicional para la prevención de Sífilis, lo cual evidencia prácticas culturales en relación con el cuidado del embarazo. Finalmente, Yasnury aportó reflexiones valiosas sobre la legitimidad de los saberes ancestrales y la importancia de su continuidad.
La enfermera y lideresa comunitaria Honoria del Carmen Buendía valoró el encuentro como un espacio enriquecedor, enfatizando la necesidad de comprender el contexto comunitario en la investigación en salud. “Cuando hablamos de salud, en general, no podemos trabajar aisladamente sin conocer los criterios, sin conocer los factores determinantes de cada una de las comunidades”, afirmó, reconociendo la oportunidad que se da en este espacio para articular conocimientos y procesos de investigación entre las personas presentes en esta tercera jornada de Conectamos saberes y territorio, fortaleciendo significativamente la construcción de conocimiento para la región.
Un abanico de investigaciones participativas
El encuentro también fue escenario para las voces de Lina Mosquera, Claudia Perea y Ana Mercedes Sarria, quienes abordaron realidades cruciales del territorio, desde diferentes disciplinas.
Desde la línea de Población en Situación de Vulnerabilidad, Claudia Perea, estudiante de maestría en Salud Pública, abordó cómo la violencia colectiva puede incurrir en un estrés crónico y poner en riesgo de enfermedades cardiovasculares a jóvenes de Quibdó. Su investigación reveló que, como mecanismo para afrontar estas violencias, los jóvenes alteran sus rutinas de sueño, alimentación o actividad física; una realidad que, además, se ha normalizado en algunas zonas de Quibdó, lo que limitó la ejecución del proyecto en ciertos sectores.
Bajo esta misma línea de investigación, Lina Mosquera, estudiante del doctorado en Biotecnología, presentó cómo ha implementado un piloto de fitorremediación en el corregimiento de Bocas de Paimadó. Este proceso utiliza plantas para limpiar suelos contaminados con mercurio, una consecuencia directa de la actividad minera. Mosquera no solo logró identificar qué especies locales son eficaces para esta tarea, sino que también junto con las mujeres de la zona, implementó un vivero comunitario donde se siembra plátano, cacao y hortalizas, como contribución a la soberanía alimentaria en el territorio.
Y por último, desde la línea de Género, Ana Sarria, habló de su investigación doctoral en Estudios de Desarrollo y Territorio. La cual busca la reconstrucción historiográfica de la participación de las mujeres chocoanas en movilizaciones sociales que luchan por alcanzar la justicia y la equidad. Este proyecto les permite conocer y aprender de las vivencias de muchas mujeres.
Espacios de conexión
La tercera jornada de “Conectamos saberes y territorio” en Quibdó abrió su espacio a la historia de seis mujeres y a sus proyectos que apuestan decididamente a la apropiación social del conocimiento en el territorio. Este encuentro fue recibido con gran entusiasmo, donde invitados externos al Fondo encontraron una motivación tangible para sumarse a la convocatoria 2025: “Hilando conocimiento, tejiendo transformación, en la región Pacífico”, Yasnury Vanegas no solo invita a participar, sino que recomienda presentar “proyectos que realmente impacten a la población”, reconociendo que con la variedad de líneas de investigación, hay muchos temas que se pueden abarcar. Las personas interesadas podrán postular sus proyectos de investigación participativa hasta el 8 de julio del 2025, consulta los términos de referencia en: https://fondoparalainvestigacion.fundacionwwbcolombia.org/proyecto/