Estudios recientes en Cali y el Valle del Cauca confirman que la labor de cuidado no remunerado sigue siendo una barrera estructural para la autonomía económica, la salud y el bienestar de las mujeres en la región, lo que obstaculiza directamente el avance de la igualdad de género.
Por ejemplo, una encuesta realizada por la Gobernación del Valle del Cauca y el Observatorio para la Equidad de las Mujeres a 556 personas en 41 municipios del Valle del Cauca reveló que el 12,2% de las mujeres en el departamento han dejado de trabajar por dedicarse al cuidado, frente al 4,6% de los hombres.
Adicionalmente, el 83% de las mujeres prepara alimentos en los hogares frente al 47% de los hombres, y el 89% de las mujeres asume la limpieza de la vivienda frente al 62% de los hombres.
“La carga de cuidados que recae sobre las mujeres es una estructura difícil de cambiar en nuestra sociedad. Por eso, debemos fortalecer los sistemas de cuidados para que ellas sean centrales dentro de la población de atención y no queden en una posición desigual en el mercado de trabajo y en los hogares. También debemos tener en cuenta que hay niñas y adolescentes creciendo en estos hogares, así que necesitamos procesos de sensibilización que empiecen a revertir esa estructura. Todas las esferas de la sociedad deben tomar su responsabilidad en este asunto”, indicó Natalia Escobar, directora de proyectos del Observatorio para la Equidad de las Mujeres.
Por otro lado, cifras de Cali Cómo Vamos indican que el 95% de las mujeres en Cali dedican tiempo en el día a una o varias labores de cuidado, como preparación de alimentos, limpieza, cuidado de otras personas o de animales, comparado con el 75% de los hombres. La diferencia se agrava en la intensidad horaria: el 42% de las mujeres dedica más de 6 horas diarias, frente a solo el 12% de los hombres.
En 2024, las tareas de cuidado y del hogar siguieron siendo un trabajo mayoritariamente femenino. Por cada hombre que tuvo como principal actividad semanal estas labores, hubo cinco mujeres en la misma situación. En Cali–Yumbo, el 7% de los hombres se dedicó principalmente al cuidado y los oficios del hogar, mientras que entre las mujeres esta cifra alcanzó el 38%.
“En materia laboral, las mayores cargas de cuidado y oficios del hogar son uno de los principales factores que explican la brecha en la participación en el mercado laboral entre mujeres y hombres (56% vs. 75%). Adicionalmente, aunque a nivel general las mujeres tuvieron en 2024 un salario 15% menor al de los hombres, en ramas económicas asociadas al cuidado como el alojamiento y los servicios de comida, donde las mujeres concentran casi el 70% del empleo, la brecha salarial por género se amplía hasta el 27%. Finalmente, se encontró que a mayor tiempo dedicado al cuidado las mujeres participan en menor medida en actividades deportivas, recreativas y culturales. De igual forma, aquellas que destinaron más de ocho horas diarias a dichas tareas reportaron niveles inferiores de bienestar físico y mental en comparación con las mujeres que dedicaron entre una y cuatro horas diarias a estas actividades”, comentó Danny Angarita, líder técnico del programa Cali Cómo Vamos
El problema no está solo en la ciudad
En la zona rural, la disparidad es más profunda: casi la mitad de las mujeres que habitan los corregimientos de Cali se dedican al trabajo doméstico y de cuidados, en contraste con el 11% de los hombres, según una investigación del Observatorio para la Equidad de las Mujeres. Esto genera que no tengan tiempo para recrearse, hacer deporte o descansar.
Los datos demuestran que el cuidado es una necesidad estructural y permanente en el departamento, y replican la crisis de los cuidados documentada a nivel regional por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Esta crisis se caracteriza por una demanda creciente de atención y asistencia a personas, potenciada por el envejecimiento de la población, que supera ampliamente los servicios disponibles.
“A medida que envejecemos, la probabilidad de requerir servicios de cuidado o atención por cuenta del deterioro natural o alguna enfermedad crónica se incrementa. Los resultados del trabajo de campo en la zona rural de Cali nos muestran de forma muy clara la transición demográfica que se vive en la zona. También nos muestran que el envejecimiento es un factor importante que explica las situaciones de discapacidad y dependencia. En este escenario, las desigualdades de género se agudizarán, porque las mujeres tenemos una mayor sobrevivencia, de tal forma que parte importante de este cuidado que la sociedad demanda cuando se envejece, recaerá en mujeres mayores”, explicó Sandra Balanta Cobo, investigadora del Observatorio para la Equidad de las Mujeres.
La Cepal ha advertido que, a nivel regional, la proporción de personas mayores de 60 años se duplicará para 2050, representando el 25% de la población total. Este proceso implica un aumento inminente en la demanda de asistencia de largo plazo y servicios especializados. Sin embargo, en la zona rural de Cali, ya el 17% de las personas tienen más de 65 años y el 23% está entre 55 y 64 años.
En tanto, datos de la Fundación WWB Colombia indican que el 53% de los emprendimientos en contextos vulnerables en Cali está relacionado con actividades de cuidado, siendo las más frecuentes la preparación, comercio y distribución de productos alimenticios y bebidas (37,2%), seguido por peluquería y otros tratamientos de belleza (8,9%) y confección, fabricación y arreglo de prendas de vestir (6,5%). El 78% de las personas emprendedoras en este sector inicia su negocio para ganarse la vida, porque el trabajo escasea o perdieron su empleo.
El costo laboral de cuidar
La brecha de ingresos en venta es grande: las mujeres obtienen en promedio un 30,7% menos que los hombres en Cali. Esta brecha se acentúa en los negocios ubicados en la vivienda, donde el 52% de las mujeres que emprenden lo hacen para estar pendiente de las tareas del hogar o personas a cargo del cuidado, mientras que el 73% de los hombres lo hace para reducir gastos de arriendo o adicionales. Además, se encontró que las mujeres entre 18 y 39 años presentan las mayores cargas de cuidado no remunerado, lo cual es un factor clave en la decisión de emprender y en el desempeño de sus negocios.
“El cuidado es la columna vertebral de nuestra economía y sociedad, pero lo hemos invisibilizado y relegado al ámbito privado y femenino, frenando la autonomía económica de las mujeres e incluso nuestro desarrollo como ciudad. Entender esto es crucial: el cuidado no es un “asunto de mujeres”, es una responsabilidad de toda la sociedad que exige soluciones colectivas (Estado, empresas, comunidades y hogares) para que deje de ser una barrera y se convierta en un pilar de bienestar compartido”, mencionó Soraya Husain-Talero, directora de Investigación de la Fundación WWB Colombia.
Debido a esto, las tres organizaciones coinciden en la necesidad de impulsar un sistema integral de cuidados que priorice a las personas y al planeta, y que incluya programas que fomenten la redistribución de las tareas domésticas y de cuidado de manera equitativa entre los miembros de la familia para liberar tiempo a las mujeres y garantizar su autonomía económica.
Iniciativas como el Sistema Distrital de Cuidados de Cali (CuidArte) y el Sistema Departamental de Cuidado y Apoyos “El Valle Cuida de Ti” deben tener en cuenta todas estas necesidades para incorporar soluciones integradas en pro de la equidad de género.